Una crisis falta…

Dentro de toda crisis hay una oportunidad… los chinos son unos tipos estupendos y listos con los ojos rasgados, ya sea Confucio o el tendero de la esquina, que los domingos por la tarde cuando todo está cerrado me saluda de ese modo tan rarito al ir a comprar cerveza… que parece un gay cantonés con pluma de marabú. La crisis me ha alcanzado, también a mí, no la he visto venir… no la económica, esa es de serie… me arrolló hace ya tiempo, como a todos… a cada uno a su modo. No es una crisis de fe tampoco, mi credo es ambiguo, cristiano, y sólido, rayando como desmenuza un rallador de queso italiano en el ateismo más impertinente… gracias a Dios y a su sobrino lejano Jesucristo con el que hablo a mi manera y del que siempre recibo buenas directrices.

No, podría seguir negándolo per se, pero… lo siento, mis letras están en crisis, cierto universo de ideas y verbos se desmorona. Preciso alguna suerte de catarsis lingüístico/poética que me saque de éste marasmo de conceptos en el que nado sin alcanzar la orilla. ¡ Qué agobio!. Tengo ganas de gritar en alto un par de tacos de grueso calibre y algunas palabras más… talmente vacías. Aptitud, solidaridad, o empeño… por ejemplo.

De pronto, me despierto y veo… que todo ha sido un mal sueño… y entonces escribo esto. Los términos sudan el calor de una noche entera dando vueltas en una pesadilla de diptongos y predicados. Acentos perdidos… y caminos que las putas JJJ y las malditas GGG… con su mala leche han borrado. Sarcasmito de mi vida, eres niño como yo… por eso te quiero tanto, y te doy mi corazón.

~ por angusenelespaciovacio en 9 julio, 2010.